Ya no quiero que me beses. Si no queda más remedio hazlo en mi espalda pues tengo miedo a que me contagies tu adorable sonrisa, tus infinitas ganas de vivir o la gripe.
Lo llevaré como una hermosa penitencia, acudiré a misa para que el sacerdote me expíe de culpas. No será difícil, me lo dirá de espaldas. Tiene miedo que le contagie mis deseos de justicia social, mis deseos sexuales o quizá la gripe.
Ego te absolvo a peccatis tuis in nomine patris et filii et spiritus sancti…
Poesía - Jorge Arbenz
Hace 4 años