Yo trato de medir la distancia entre dos olas. ¿O será el tiempo lo que las separa? ¿No la distancia? Contestar esta pregunta resolvería mi propio misterio.
Es parte del comienzo de mi última lectura La voluntad y la fortuna de mi idolatrado Carlos Fuentes.
Yo siempre he tenido un conflicto con el tiempo y su medida. Un profesor del bachiller me dijo que quizá me agobiaba tanto que prefería negar la existencia de la dimensión temporal. Puede que sea cierto. El caso es que si tengo un amante en Sevilla y otro en Teruel ¿a cuál de los dos estoy más cercana? Fundamentalmente depederá del medio de transporte que utilicen, de las ganas que tengan del encuentro, de los hechos fortuitos que puedan ocurrir en el camino... La medida del tiempo no la puede marcar un simple reloj. En nuestra existencia colectiva detectamos fácilmente ciclos, por ejemplo, los económicos, en los que los procesos tienen estructuras "redondas". También hablamos de "espirales de violencia" (para ello recomiendo Before the rain sobre el eterno retorno de la guerra en los Balcanes). En mi desarrollo vital individual también he detectado ciertas tendencias a "retornos" que me hacen pensar en que mi vida no es una mera línea recta.
En fin, que sin llegar a ninguna conclusión (tampoco es mi objetivo) ahí queda, al menos, la recomendación lectora.